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Guatavita, el actual municipio, es un complejo arquitectónico con 42 años de existencia, construido para reemplazar al antiguo pueblo que quedó inmerso en las aguas del embalse de Tominé, magistral obra que genera energía para las localidades cercanas y que a su vez es surtidor importante del agua que se consume en Bogotá. Así mismo el embalse en Guatavita es escenario para deportes como el velerismo y el esquí acuático.
Guatavita, la laguna sagrada, que geográfica y legalmente pertenece al municipio de Sesquilé, era el sitio ceremonial en el que los indígenas adoraban a Chie, su diosa del agua, por medio de fastuosas ceremonias que originaron la leyenda de El Dorado y según la cual el cacique muisca llegaba acompañado de cuatro sacerdotes en una balsa de madera a Guatavita, antes de sumergirse impregnado en oro y cargado con los tesoros que recogía de la comunidad con el fin de abandonarlos en el agua como ofrenda y símbolo de adoración. Para los nativos de Guatavita el trabajo en oro no representaba valor económico sino una forma de acercarse a sus dioses.
La laguna está a una de altitud de 3.100 m s. n. m. y a una temperatura de 5 a 11℃. Es una depresión montañosa de forma perfectamente circular, con cerca 700 m de diámetro, rodeada de bosques nativos de encenillos. En la cordillera Oriental los lagos paramunos de mayor tamaño ocupan comúnmente antiguos circos glaciares, sin embargo, se cree que la depresión de la laguna de Guatavita se formó por un colapso por disolución de estratos salinos, lo que concuerda con las características geológicas de la región, donde hay grandes depósitos salinos como los de Zipaquirá, Nemocón y Tausa.
Guatavita, el actual municipio, es un complejo arquitectónico con 42 años de existencia, construido para reemplazar al antiguo pueblo que quedó inmerso en las aguas del embalse de Tominé, magistral obra que genera energía para las localidades cercanas y que a su vez es surtidor importante del agua que se consume en Bogotá. Así mismo el embalse en Guatavita es escenario para deportes como el velerismo y el esquí acuático.
Guatavita, la laguna sagrada, que geográfica y legalmente pertenece al municipio de Sesquilé, era el sitio ceremonial en el que los indígenas adoraban a Chie, su diosa del agua, por medio de fastuosas ceremonias que originaron la leyenda de El Dorado y según la cual el cacique muisca llegaba acompañado de cuatro sacerdotes en una balsa de madera a Guatavita, antes de sumergirse impregnado en oro y cargado con los tesoros que recogía de la comunidad con el fin de abandonarlos en el agua como ofrenda y símbolo de adoración. Para los nativos de Guatavita el trabajo en oro no representaba valor económico sino una forma de acercarse a sus dioses.
La laguna está a una de altitud de 3.100 m s. n. m. y a una temperatura de 5 a 11℃. Es una depresión montañosa de forma perfectamente circular, con cerca 700 m de diámetro, rodeada de bosques nativos de encenillos. En la cordillera Oriental los lagos paramunos de mayor tamaño ocupan comúnmente antiguos circos glaciares, sin embargo, se cree que la depresión de la laguna de Guatavita se formó por un colapso por disolución de estratos salinos, lo que concuerda con las características geológicas de la región, donde hay grandes depósitos salinos como los de Zipaquirá, Nemocón y Tausa.
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